Los trastornos de la alimentación en la adolescencia pueden tener graves consecuencias para los jóvenes. Es importante que como madre o padre estés pendiente y consigas evitar que tus hijos caigan en este problema. ¿Cómo identificarlo? ¿Qué hacer?
Antes de nada necesitas saber las causas de los trastornos alimentarios en los más jóvenes, qué les lleva a sufrirlos y cómo hablar con ellos para ayudarles y que te hagan caso.
Los trastornos alimentarios son afecciones graves que guardan relación con conductas alimentarias persistentes y que pueden ser muy dañinas para la salud. Entre los principales tipos, tenemos la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha clasificado la anorexia nerviosa como trastorno mental del comportamiento. Mental porque el temor a engordar y la falta de autocontrol sobre la alimentación, hace que los sentimientos y pensamientos determinen un estado anímico que acaba en procesos depresivos.
Lo cierto es que estos trastornos pueden surgir debido a varios aspectos, ya sea por biología, por problemas psicológicos y emocionales, por el entorno o por la realización de ciertas actividades.
Desde el punto de vista de la biología, lo cierto es que las personas con familiares de primer grado que sufren de un trastorno alimentario, tienen más probabilidad de sufrir un trastorno alimentario, porque existe un vínculo genético.
También se puede producir si el adolescente sufre de problemas psicológicos y emocionales como la depresión o los trastornos de ansiedad, que guardan una gran relación con los trastornos alimentarios.
Luego está el entorno, dado que la cultura se empeña en mostrarnos la delgadez como moda, haciendo que todos los adolescentes quieran estar así.
Es cierto que los jóvenes se creen muy listos y piensan que sus padres no se dan cuenta de todo lo que hacen y de lo que no hacen. Pero la realidad es que cuando sufren este tipo de trastorno, dejan importantes pistas.
Hay señales de alerta que los padres deben tratar de percibir, para poder hacer algo al respecto antes de que sea demasiado tarde. La primera, pasa porque el adolescente pierde peso excesivamente rápido o no tiene el peso que debería conforme a su desarrollo normal. Digamos que, es algo que confirma que las cosas no van bien, que le ocurre algo a tu hijo o a tu hija.
Si ves que cada dos por tres pone excusas para no comer o no cenar o se salta las comidas, puede que esté evitando comer para no engordar. Esto es muy peligroso, porque está poniendo en riesgo su salud, dado que necesita comer.
Claro que, los problemas también pueden ser los opuestos. Puede ser que tu hijo esté centrado únicamente en comer, que viva para comer y que eso haga que cada vez pesa más, haciendo que no le sirva la ropa y causándole un gran problema de sobrepeso y de salud. Con las fatales consecuencias que tiene.
En algunos casos, el adolescente puede entrar en una especie de círculo vicioso. No puede parar de comer y al mismo tiempo se queja de que está gordo.
También llaman la atención los casos donde el adolescente hace uso de laxantes, diuréticos o enemas tras comer, cuando realmente no lo necesita. Lo mismo si lo escuchas vomitar alguna vez, porque podría forzar el vómito para perder peso.
Otra manera de identificarlo, es si tu hijo se muestra triste, deprimido o incluso muestra culpa por sus hábitos alimentarios. Todo ello indica que algo no va bien y que tiene que cambiar.
La prevención empieza por la comunicación. Es importante no solo que hables con tu hijo, sino que también trates de buscarle ayuda profesional. No siempre se puede solo y es completamente normal, dado que para algo están los profesionales.
No obstante, puedes hacer más de lo que imaginas. Lo primero, pasa por vigilarlo cuando come y ayudarle a establecer buenos hábitos de alimentación saludable. Si lo ve en casa es posible que lo copie.
También es importante fomentar una imagen corporal saludable, ayudándolo a que esté saludable y a que se vea bien. Es importante que no hagas comentarios que le puedan hacer daño, dado que a edades jóvenes es normal que cualquier cosa le afecte.
Lo mismo en cuanto a los cánones de belleza que a diario muestran las películas y las redes sociales. Es importante que ayudes a tu hijo a cuestionar lo que ve o escucha, que no siempre es lo correcto. Hay más cuerpos aceptables.
Otro consejo que te ayudará a que tu hijo salga adelante, pasa por fomentar su autoestima. A veces los padres cometen el error de no hacerlo, lo que hace que el adolescente tenga cada vez más complejos e incluso se sienta más solo.
También es importante que compartas con tu hijo los peligros de las dietas para adelgazar ultra rápido o el comer por ansiedad. Digamos que, todos los extremos son malos y es importante que sea consciente de ello.
Por último, mi consejo es que si detectas que tu hijo o hija tiene un problema de trastorno de la alimentación, te pongas en manos de un profesional cuanto antes.
En muchos casos, se debe a un problema psicológico o emocional, por lo que puede corregirse y tu hijo volverá a vivir con normalidad y a ser feliz. Si deseas ayuda en el proceso, que sepas que estoy a tu lado para que sea más fácil.