Hay personas que tienen problemas con el alcohol, que beben más allá de lo considerado normal y que tienen una fuerte dependencia con este tipo de bebidas. ¿Cómo identificar a una persona alcohólica? Si sospechas que un ser querido tuyo tiene problemas con el alcohol, esto te interesa.
Aunque beber es un acto social que está completamente normalizado y desde edades tempranas, lo cierto es que las consecuencias del alcoholismo pueden llegar a ser muy visibles en las personas que lo sufren.
Una persona alcohólica no es solo la que bebe todos los días y tiene problemas de salud causados por el alcohol. El alcoholismo va más allá de esto, porque comprende a las personas que no saben que son adictas o que lo niegan.
Hay alcohólicos que no beben ni todos los días y no tienen problemas de salud (por el momento), pero sin embargo son personas alcohólicas. Pero una persona que ha desarrollado una gran dependencia al alcohol y no lo puede generar, podría tener un grave problema de alcoholismo.
Estos son algunos de los síntomas principales de una persona con problemas con la bebida:
Una persona que no es alcohólica, no le pasará nada si no tiene alcohol en casa. Bebe agua o un refresco y punto. Sin embargo, para una persona alcohólica, el hecho de no tener alcohol puede ser algo muy grave y causar agresividad, haciendo que pierda por completo el control.
Las personas alcohólicas sienten una necesidad compulsiva de comprar alcohol para no quedarse nunca sin él. Lo necesitan para vivir.
Las personas alcohólicas tienden a comprar el alcohol en establecimientos diferentes para no llamar la atención de los dependientes. Esto lo hacen por vergüenza, porque saben que tienen un problema con la bebida.
En algunos casos, incluso puede aumentar la tendencia al robo. Sobre todo si se tienen problemas económicos, donde se prioriza robar para comprar alcohol antes que comida.
Cuando se convive en familia, las personas alcohólicas tienden a hacer todo tipo de malabares para no ser cuestionadas. A menudo lo esconden y recurren a él cuando no hay nadie delante para así no ser observado ni controlado por su propia familia.
Hay una serie de responsabilidades que siempre hay que anteponer; el trabajo, el cuidado de los hijos, tener limpia la casa, etc. El problema es cuando estas obligaciones pasan a un segundo plano debido al alcohol.
Si la obsesión por beber interfiere en las actividades del diario, significa que existe un problema con el alcohol. Si lo ves en un ser querido es importante que trates de buscarle ayuda.
Los problemas con el alcohol pueden causar importantes cambios en el comportamiento. Estas personas a menudo se aíslan, se muestran más irritables o incluso se vuelven mentirosas. Entran en un círculo vicioso peligroso en el que se aíslan de sus seres queridos.
Una persona alcohólica puede mostrar importantes cambios a nivel físico. Por ejemplo, un aspecto más descuidado, cambios en la alimentación, falta de apetito, sudoración excesiva, temblores, náuseas o vómitos, etc.
Los amigos y la familia son un gran apoyo para las personas que sufren de un problema con la bebida. Pero sin duda, lo es más si se combina con la terapia.
La terapia cognitivo-conductual muestra las habilidades a desarrollar para enfrentar el problema del consumo de alcohol. Puede incluso ayudar a manejar los problemas de estrés y modificar ese pensamiento que puede llevar a una persona a beber.