¿Tienes un familiar con la enfermedad de Alzheimer?
Si este es tu caso, seguro que fue un golpe duro conocer la noticia.
Hace décadas que sabemos de esta enfermedad, pero aún no se comprende a la perfección el motivo por el que se produce.
La ciencia no ha logrado desarrollar una cura para esta patología.
Aun así, es posible ayudar a que la enfermedad se desarrolle más lentamente y el paciente tenga una mayor calidad de vida.
Hoy te contaremos todo lo que necesitas saber sobre esta enfermedad y cómo ayudar a tu familiar en el proceso.
Factores desencadenantes del Alzheimer
Se cree que la enfermedad de Alzheimer es causada por una combinación de factores genéticos y ambientales.
Algunos de los factores que actualmente se han asociado a esta enfermedad son:
- Edad: la probabilidad de desarrollar esta patología aumenta con los años, siendo las personas de avanzada edad las que más la padecen.
- Genética: se ha relacionado el Alzheimer con ciertos genes y una mutación heredada.
- Historial familiar: las personas con un familiar de primer grado con la enfermedad de Alzheimer tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Estilo de vida: la falta de actividad física, una dieta poco saludable y el hábito de fumar pueden aumentar el riesgo de desarrollar Alzheimer.
- Lesiones cerebrales: traumatismos craneales repetidos y otras lesiones pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta patología.
- Enfermedades médicas: la hipertensión arterial, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, entre otras patologías, pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
El porcentaje de la población que sufre de Alzheimer varía según los diferentes países y regiones.
Se cree que en todo el mundo aproximadamente el 5% de las personas mayores de 65 años y el 50% de las personas mayores de 85 años tienen la enfermedad.
El Alzheimer y la esperanza de vida
En las últimas décadas, la incidencia de esta enfermedad está aumentando.
Esto se debe a la creciente población de personas mayores en todo el mundo y a la mayor esperanza de vida.
Es por esto que se espera que el número de personas afectadas por Alzheimer continúe aumentando en el futuro.
El Alzheimer es más frecuente en mujeres que en hombres.
Aproximadamente el 65% de las personas con la enfermedad son mujeres.
Hay varias razones posibles para esta diferencia, incluyendo factores genéticos, hormonales y de estilo de vida.
Pero, además, las mujeres tienen una esperanza de vida más larga que los hombres, lo que significa que tienen una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad a medida que envejecen.
Estas estadísticas varían según los diferentes países y regiones.
La investigación continúa para llegar a entender por completo cuáles son los motivos de la aparición de esta enfermedad y cómo prevenirla y/o curarla. |
Tipos de Alzheimer
En el momento de la valoración y dictámen por parte del especialista, son 3 los tipos de enfermedad de Alzheimer que pueden ser diagnosticados:
- Alzheimer temprano o leve: se desarrolla en personas que tienen entre 65 y 74 años. Los síntomas incluyen dificultad para recordar eventos recientes y ejecutar tareas simples.
- Alzheimer moderado o intermedio: es diagnosticado en personas mayores de 75 años y algunos de los síntomas son la pérdida de memoria, la capacidad de comunicación y de realizar tareas cotidianas.
- Alzheimer avanzado o severo: desarrollado en personas mayores de 85 años, los síntomas incluyen la pérdida total de la habilidad para comunicarse, la incapacidad para ejecutar tareas por sí mismo y la necesidad de cuidados constantes.
Síntomas de una posible enfermedad de Alzheimer
Hay ciertos signos que pueden hacernos sospechar de una posible enfermedad de Alzheimer en etapa temprana:
- Dificultad para recordar cosas recientes: conversaciones, fechas importantes y eventos.
- Problemas para planificar o realizar tareas simples: como por ejemplo, dificultad para hacer una lista de la compra o cocinar una comida.
- Dificultad para comunicarse: resulta complicado encontrar las palabras adecuadas o seguir una conversación.
- Cambios en la personalidad y comportamiento: retirada social, ansiedad, agitación…
- Pérdida de la capacidad para juzgar o tomar decisiones: tener dificultad para decidir qué ropa usar, cuánto dinero gastar…
Estos signos y síntomas pueden ser causados por diferentes motivos y no necesariamente indican la presencia de Alzheimer. |
Sin embargo, si se observan cambios significativos en la memoria o el comportamiento, es importante hablar con un médico para realizar una evaluación adecuada.
Evolución de la enfermedad de Alzheimer
El avance de la enfermedad dependerá de factores, como la edad de inicio, la gravedad de los síntomas y la presencia de otras condiciones médicas.
Pero, en general, el Alzheimer se desarrolla en tres etapas:
- Temprana: la persona puede experimentar dificultades para recordar eventos recientes y puede tener dificultad para realizar tareas cotidianas. También puede notar problemas para comunicarse y mostrar cambios en su personalidad y comportamiento.
- Intermedia: los síntomas empeoran y la persona puede tener dificultad para realizar tareas simples, como vestirse y alimentarse. También puede llegar a experimentar problemas de equilibrio y coordinación y tener problemas más serios para comunicarse.
- Avanzada: la persona puede requerir atención constante y tener dificultad para realizar cualquier tarea por sí misma. Puede llegar a experimentar problemas con el habla y la deglución y precisar de ayuda para controlar sus funciones corporales básicas, como el control de la vejiga y los intestinos.
Cuidados para retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer
Aunque la enfermedad no tiene cura, sí es posible ayudar al paciente a retrasar todo lo posible el avance y a tener una vida más plena.
- Proporcionar un ambiente seguro y estable: limpiar y organizar el hogar para reducir los riesgos de caídas y otros accidentes.
- Fomentar la actividad física y la interacción social: participar en actividades sencillas como caminar o jugar a juegos para ayudar a mantener la movilidad y la conexión social.
- Establecer una rutina diaria: la consistencia y la predictibilidad pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés.
- Atención a la alimentación y la hidratación: que el paciente tenga acceso a alimentos saludables y bebidas suficientes.
- Comunicación clara y paciente: hablar lenta y claramente y utilizar gestos y señas para ayudar a la comprensión.
- Atención médica regular: mantener un seguimiento regular con un médico para monitorear la condición y tratar los síntomas.
Además, el trabajo de un psicólogo con pacientes con Alzheimer puede ser de gran importancia en varios aspectos:
- Alivio del estrés y la ansiedad: ayudar a los pacientes y a sus cuidadores a manejar el nerviosismo y la angustia relacionadas con la enfermedad y su progreso.
- Mejora de la calidad de vida: trabajar con pacientes y cuidadores para identificar y abordar los problemas emocionales y conductuales que pueden afectar la calidad de vida de los pacientes con Alzheimer.
- Atención a la familia: brindar apoyo y orientación a los familiares y cuidadores para ayudarlos a manejar la carga emocional asociada con la atención a un ser querido con Alzheimer.
- Intervención terapéutica: proporcionar terapia cognitivo-conductual y otras intervenciones terapéuticas para mejorar la memoria y la función cognitiva, así como para tratar los síntomas conductuales y emocionales asociados con la enfermedad de Alzheimer.
La atención psicológica es un complemento muy valioso al tratamiento médico y puede ayudar a los pacientes y a sus cuidadores a enfrentar los desafíos emocionales y conductuales relacionados con la enfermedad de Alzheimer. |
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