¿Qué es el trastorno de la conducta alimentaria?
El trastorno de la conducta alimentaria es una patología que puede llegar a revestir cierta gravedad. Además, tiene un impacto en el bienestar del individuo a nivel físico y psicológico. Del mismo modo, también causa cierta impresión en la gente más cercana como, por ejemplo, la familia.
Los TCA más frecuentes son la bulimia y anorexia nerviosa, junto con el trastorno alimentario compulsivo. La mayoría de estos trastornos se caracterizan por fijar la atención en la figura y el peso corporal, además de en la comida. Esto puede repercutir en no tener una nutrición apropiada y se pueden desencadenar diferentes patologías en los huesos, aparato digestivo, corazón.
Este tipo de trastornos se suelen manifestar durante la adolescencia y los primeros años de la edad adulta. No obstante, pueden darse en otros momentos de la vida. Gracias a un tratamiento adecuado es posible volver a unos hábitos alimentarios saludables y recuperar la salud física y mental, propia o de alguien de tu entorno.
¿Cuáles son las conductas alimentarias de riesgo?
Los síntomas o signos con los que reconocer una TCA son variados. A continuación, te indicamos cuáles son las conductas alimentarias de riesgo.
Anorexia
La característica principal es una preocupación obsesiva por la alimentación. Existe un miedo terrible a ganar peso y se produce un exceso de control sobre este. Suele provocar la pérdida de la menstruación en las mujeres.
Estas personas tienen deseo de bajar de peso, aunque se encuentren por debajo de las recomendaciones sanitarias, lo que se produce porque se altera la percepción.
Existe una variedad de anorexia denominada restrictiva. Está relacionada con la estrategia de restringir ciertos alimentos al tiempo que se abusa de la actividad física. Otra modalidad es la purgativa, en la que la persona utiliza laxantes, diuréticos o el vómito para conseguir reducir su peso.
Bulimia
Se caracteriza por atracones alimentarios seguidos de un intenso sentimiento de culpabilidad que, unido al miedo a engordar, produce una serie de reacciones. De forma general, se intenta inducir el vómito, se intensifica la actividad deportiva o se restringe la ingesta de determinados alimentos.
Con este tipo de conductas, la persona afectada por el TCA consigue mantener el peso. Por tanto, se dificulta la detección por parte de la familia o el entorno más cercano.
Trastorno por atracón
Aunque suene similar al anterior, se diferencia de él en que no existen conductas compensatorias. Se da en personas con sobrepeso que, tras múltiples intentos de dietas, no han tenido éxito. La comida suele estar vinculada a un conflicto emocional y es fundamental diferenciar este trastorno del sobrepeso y de la obesidad, pues el tratamiento es diferente.
En este caso, el trastorno puede ser invalidante y requerir un ingreso hospitalario para poder evaluar la conducta alimentaria.
Comorbilidad de trastornos de conducta alimentaria
Junto a las conductas de riesgo habituales anteriores, hay que tener presente que puede existir otro trastorno que puede darse a la vez o tras el anterior. En casos como los descritos, la comorbilidad del TCA atiende a:
- Ansiedad.
- Depresión.
- Trastornos de conducta.
- Trastornos de personalidad.
- Trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad.
- Adicción a sustancias.
¿Cómo se diagnostica un trastorno de conducta alimentaria?
- Exploración física. El médico descartará otras causas médicas que puedan explicar los problemas de alimentación. Suele ser habitual pedir una analítica de sangre.
- Exploración psicológica. Los profesionales de la salud mental indagaremos sobre los hábitos alimenticios, pensamientos y sentimientos. Del mismo modo, es posible que se necesite rellenar una autoevaluación psicológica.
¿Cómo se tratan los trastornos de alimentación?
Las personas que mejor saben cómo se tratan los trastornos de alimentación somos los psicólogos. En Vibood Psicología podemos ayudarte a ti o a los miembros de tu familia a superar un trastorno de la conducta alimentaria.
Contamos con profesionales especializados en las terapias adecuadas para recuperar tu bienestar y el de las personas que más te importan. La evaluación inicial de la situación personal determinará qué tipo de tratamiento es el más apropiado en cada caso.
No obstante, en líneas generales, podemos decir que abordaremos problemas psicológicos y el objetivo será conseguir una modificación de la conducta. Para ello, emplearemos diferentes estrategias educativas y se imprimirán habilidades con las que superar esta etapa. Gracias a la terapia cognitivo conductual se aprende a controlar y mejorar el estado de ánimo y los hábitos alimentarios. Además, el paciente va a adquirir la capacidad de resolver problemas y de explorar formas saludables para afrontar las situaciones más estresantes.