¿Qué diferencias existen entre el psicólogo, el terapeuta y el psiquiatra? Todos tienen el mismo fin: ayudar a las personas y proveernos de herramientas para mejorar nuestro bienestar psicológico. Sin embargo, cada uno lo hace a través de distintos medios.
Una de las principales diferencias es la formación de cada uno de ellos. Los psicólogos son licenciados o graduados en Psicología. Tras la carrera de cuatro años, se especializan a través del Máster General Sanitario o mediante la formación como Psicólogo Interno Residente (PIR), que es un concurso-oposición para otros cuatro años de formación en hospitales y centros públicos. Los psicólogos no recetan ninguna clase de fármaco. Su forma de intervenir es a través de la psicoterapia.
Los psiquiatras son licenciados o graduados en Medicina. Tras la carrera, realizan el MIR por la rama de salud mental para especializarse en psiquiatría. Su forma de intervenir suele centrarse más en los aspectos biológicos, poniendo más énfasis en los cambios químicos del cerebro, por lo que gran parte de su terapia se basa en recetar psicofármacos. Los psicofármacos son medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso. Los más frecuentes son los ansiolíticos, antidepresivos o antipsicóticos.
Aunque psicólogos y psiquiatras se diferencien en cuanto a formación y metodología, ambos tratan problemas y trastornos de la misma gravedad. La verdadera diferencia radica en la forma de aproximarse a estos problemas y, muy a menudo, trabajan conjuntamente para llevar a cabo una terapia más completa, tanto psicológica como farmacológica.
Por otra parte, cuando hablamos de terapeuta nos referimos a todo aquel que provea de algún tipo de terapia. Es un término general que engloba tanto a psicólogos clínicos como a psiquiatras, y también puede incluir a otros profesionales que se centren en otros aspectos del desarrollo personal que no estén directamente relacionados con un trastorno mental.