La falta de conocimiento y concienciación acerca de un problema, a menudo hace que no se trate y que quede siempre así, a modo de segundo plano. Algo así ocurre con el estrés en el trabajo, dado que el estrés laboral está a la orden del día y en muchas ocasiones sigue siendo un tema tabú.
Si crees que estás pasando por esta situación y hay días en los que no puedes más, es importante hablar, porque el estrés es peligroso y no es sano convivir con él por mucho tiempo. Veamos cómo identificarlo y gestionarlo.
Antes de nada, debes saber que el estrés laboral surge como consecuencia de distintas situaciones que se producen en el trabajo y que pueden afectar a su salud mental y física.
En el momento en el que se produce una continua discrepancia entre la demanda laboral y los recursos que tiene el trabajador para llevarlo a cabo, es cuando se produce este problema. Al fin y al cabo, cada persona tiene unos recursos limitados y no puede dar a todo, lo que hace que el trabajador pueda caer en un estado de agotamiento físico y mental.
Sin embargo, que el día a día en el trabajo sea así de duro no es sano. Todas las personas se pueden enfrentar a picos de trabajo muy elevados y que exigen dar el 200% por ti en ocasiones puntuales. Pero si es tu día a día y notas que ya no puedes más, efectivamente hablamos de estrés laboral.
Recordemos que el estrés supone una amenaza seria para la salud y bienestar de los trabajadores. Puede incluso afectar a tus relaciones laborales y emocionales, haciendo que dejes de hacer eso que tanto te gustaba hacer o incluso de relacionarse, porque te sientes agotado, frustrado o incluso triste por la situación.
Lo cierto, es que el estrés a causa del trabajo puede deberse a múltiples factores y pueden ser diferentes en el caso de trabajadores por cuenta propia y ajena. Entre ellos, destacamos:
Como ves, las causas del estrés laboral pueden ser diversas. A una persona le puede afectar por unos motivos diferentes que a otras. Por eso es importante ponerlas todas (o al menos las principales) sobre la mesa y analizar con cuál te identificas más, dado que es importante revertir el problema cuanto antes, por tu salud.
Si bien es cierto que hay veces en las que nos dejamos llevar y nos exigimos mucho más a nosotros mismos de lo que podemos dar. Quizás para contentar al jefe o a un cliente, pero no siempre lo valoran como esperábamos, lo que puede dar lugar a un estado de frustración continua. Sobre todo si a eso le sumamos las otras causas mencionadas.
También está el tema de la procrastinación del trabajo. Hay veces en las que vamos posponiendo el trabajo y luego se nos acumula todo, tenemos que sacarlo adelante y al final dedicamos muchas horas y estamos agotados. Si el estrés se produce a causa de esto, es importante adoptar cambios y no dejarlo todo para el último día.
Un mal ambiente laboral también puede ser un gran desencadenante de los problemas de estrés en el trabajo. Cuando hay relaciones laborales en las que no se está a gusto y a menudo hay fricciones o roces, puede ser muy agobiante.
El estrés laboral pasa por diversas fases:
Gestionar el estrés puede ser complicado, dado que si depende del entorno de trabajo y no hay posibilidad de hacer un cambio, puede ser frustrante. Pero sí hay tips que puedes seguir:
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