¿Qué es la depresión?
Para poder saber cómo salir de la depresión es necesario reconocerla. La sensación de melancolía, tristeza o derrumbamiento que permanece en el tiempo consigue un cambio en el estado anímico que tiene un impacto significativo.
Los sentimientos, pensamientos y el comportamiento se ven afectados. Como consecuencia, se desencadenan una serie de problemas emocionales y físicos.
La depresión puede afectar a personas de todas las edades, aunque lo habitual es que se dé en menores de 45 años, y principalmente en mujeres. Si una persona atraviesa un episodio depresivo, conviene comenzar un proceso terapéutico para evitar consecuencias más graves.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
No todas las personas manifiestan la depresión de la misma forma. Además, en niños los síntomas de la depresión son diferentes a los de los adultos. En ellos es esencial estar vigilante en el rendimiento escolar, sueño y comportamiento.
En el caso de los adultos podemos reconocer la depresión a través de una serie de síntomas comunes:
Estado de ánimo irritable o bajo. La persona que se encuentra en este estado suele sentirse decaída y deja de disfrutar de las actividades y la compañía. Un ejemplo son las comidas con amigos o familiares que se nos hacen eternas porque no tenemos ganas de interactuar.
Cambios nutricionales. Tanto por pérdida como por ganancia de apetito, algo que puede repercutir también en el peso.
Culpabilidad. En el momento de mayor debilidad no nos sentimos útiles y nos sentimos culpables por no poder realizar las tareas cotidianas con soltura.
Mala concentración. Afecta tanto al entorno laboral como deportivo, social y familiar.
Dejar a un lado actividades usuales que aportan felicidad, como el deporte o el sexo.
Sentimientos de abandono o desesperanza. Es normal sentir que la etapa que atravesamos no va a mejorar y que no tiene solución. Esto implica que el futuro no se ve de una forma realista, sino negativa y con desesperanza. Como consecuencia, en el momento presente nos abandonamos a esos sentimientos y emociones negativas y dejamos de ser personas proactivas.
Sentimiento constante de tristeza y negatividad. La depresión nos hace interpretar todo lo que sucede de una manera negativa, lo que produce más sentimientos negativos.
Problemas de sueño. Tanto por ausencia como por exceso.
Falta de energía y fatiga. Cualquier actividad, por muy rutinaria que sea, supone un gran esfuerzo.
Pensamientos recurrentes de suicidio o muerte. En un estado intermedio pueden surgir este tipo de pensamientos, pero en uno más avanzado es posible pensar cómo hacerlo.
Consecuencias
La sintomatología que caracteriza a la depresión afecta en diferentes áreas de la vida de una persona. Así, las relaciones con los amigos o familia pueden deteriorarse, ya que comenzamos a aislarnos. Por otro lado, en el trabajo suele aparecer una gran desmotivación.
Del mismo modo, las actividades relacionadas con el ocio quedan en un segundo o tercer plano, obviando la felicidad que producen. Y, en cuanto al desarrollo personal, pasa lo mismo. La persona con depresión se estanca y no se plantea nuevos retos u objetivos personales. Esto aumenta el riesgo de desarrollar adicciones y otros problemas psicológicos.
El tratamiento para la ansiedad y la depresión que ofrecemos en Vibood Psicología se adapta a las necesidades de cada paciente. El trato personalizado es lo que diferencia una terapia de calidad.
No realizar terapia puede empeorar el estado de ánimo de la persona y llevarle a establecer una serie de hábitos nocivos que serán complicados de romper. Atajar esta situación cuanto antes permite reducir el impacto, la gravedad y el tiempo de recuperación.
Tratamiento
En Vibood Psicología contamos con métodos y terapias muy eficaces para saber cómo tratar la depresión en cada caso y mejorar el estado de ánimo.
Durante la terapia actuamos en 3 áreas (emoción, pensamiento y comportamiento) para trabajar la orientación cognitivo conductual. Esto nos ayuda a observar una progresiva mejoría del estado emocional. ¿Qué estrategias utilizamos?
Activación conductual. Utilizamos principios de refuerzo y aprendizaje para que el paciente realice actividades que le resulten placenteras. Conseguimos romper el bucle de tristeza e inacción y eso permite recuperar algunas de las actividades favoritas antes de esta etapa.
Reestructuración cognitiva. Con esta estrategia se modifica la interpretación y valoración subjetiva de las cosas. Es una forma de cambiar afirmaciones irracionales por otras racionales al tiempo que se identifica la emoción dolorosa. Aquí el paciente se da cuenta de que sus creencias, expectativas e interpretaciones son los factores que producen una respuesta emocional.
Solución de problemas. Afrontar una situación estresante puede bloquearnos y, en estos casos, es necesario saber manejar las emociones. La gestión emocional orienta los esfuerzos a soluciones que nos ayudan a resolver de manera racional cada situación. Además, nos permite establecer planes de acción y ciertas tareas.
Gracias a la aplicación de estas y otras herramientas se puede mejorar el estado emocional de una persona y recuperar su dinámica diaria. Por otro lado, ayuda a tener una visión más optimista y realista de la vida.
Recuerda que una persona deprimida necesita el apoyo de especialistas como nosotros.